Ismael Smith, la belleza y los monstruos

Via: Museu Nacional d’art de Catalunya

Revisar a fondo la trayectoria de Ismael Smith Marí (Barcelona, 1886 – White Plains, Nueva York, 1972) era una de las tareas pendientes de la historia del arte catalán. Smith fue famoso durante los primeros años de su carrera, pero en 1919 se fue a vivir a los Estados Unidos y entonces empezó el proceso de su olvido. Allí no se pudo integrar como aspiraba y fue dejando la práctica del arte para dedicarse al estudio de la cura del cáncer, de una forma naíf y obsesiva. Finalmente, en 1960 acabó internado, contra su voluntad, en el sanatorio psiquiátrico de Bloomingdale, a las afueras de Nueva York. En Cataluña no fue un artista olvidado del todo, pero se le mantuvo acotado en el terreno de la ilustración satírica y el bibelot. Esto vendría dado por su producción transgresora, siempre al límite, en el mundo de orden del novecentismo en el que estaba inmerso.

La deformación de carácter grotesco o expresionista de la escultura, la ambigüedad sexual de las figuras masculinas y femeninas de los dibujos, o las escenas esperpénticas de los grabados no podían encajar en el plácido mediterranismo que se estaba imponiendo como única salida al modernismo. Era una obra inquietante y variada, que fue quedando relegada del discurso oficial hasta llegar al desclasamiento o el menosprecio. Su figura no se empezó a revisar hasta después de su muerte, gracias a los esfuerzos de algunos de sus admiradores más fieles.

La exposición se divide en cinco ámbitos: el personaje, el dibujante, el escultor, el grabador y el trágico final del artista.

Catálogo de la exposición

Giorgio de Chirico, la “piazza” como un estado mental

Via: Galerias de arte de Barcelona

Para llegar a ser inmortal, una obra de arte debe escapar de todos los límites humanos: la lógica y el sentido común sólo interferirán, pero una vez que estas barreras se rompan, entrará en el reino de la visión y el sueño de la infancia” (Giorgio De Chirico ).

Esta frase que el naciente surrealismo haría suya, nos sitúa en el pensamiento y obra que el propio De Chirico definió como metafísica (“nosotros los metafísicos hemos santificado la realidad“), como objeto de estudio de lo inmaterial.

De Chirico reconoció tres influencias esenciales que conforman su obra: primerola secesión de Múnich (que después daría lugar a las de Viena y Berlín). El propio autor manifestó: “La pintura muniquesa de principios de nuestro siglo (…) hizo nacer en París todos los géneros que después inundaron el mundo“.

En segundo lugar el pensamiento de Nietzsche y Schopenhauer:
“La novedad de Nietzsche es una extraña y profunda poesía infinitamente misteriosa y solitaria que se funda en la  atmósfera (stimmung) de la tarde de otoño, cuando el tiempo es claro y las sombras más largas que durante el verano, porque el Sol comienza a estar más bajo. Esta sensación extraordinaria es propia de las ciudades italianas y de algunas mediterráneas como Niza. Pero la ciudad por excelencia donde aparece este fenómeno excepcional es Turín” escribió.

De ahí entendemos su creación de atmósferas a modo de presencia absoluta, donde se detiene el tiempo, con una luz cruda, y la ausencia de la figura humana que sustituye por sombras alargadas o fantasmas sin vida en forma de maniquís. Su luz es la luz de Schopenhauer y Nietzsche, que después impregnará todo el arte contemporáneo.

En tercer lugar, su amor por el pasado clásico. Retoma la pintura figurativa renacentista y lleva al extremo su perspectiva.

La conjugación de todo ello da lugar a una obra original y personalísima en la década de 1911 a 1920; los paisajes urbanos de Giorgio de Chirico son escenografías para colecciones de objetos y símbolos desordenados, al mismo tiempo paisajes y naturalezas muertas. El escenario de un sueño, un espacio misterioso y silencioso, congelado: la ciudad como un estado mental.

En esta tesitura onírica trata temas propios del clasicismo: tragedia, enigma y melancolía, con imágenes de gran impacto por su claridad y estilo contenido, directo y sencillo que después retomará Magritte.

 

 

 

 

Cuando las vanguardias, no solo el surrealismo, sino también aquellas que aportaban grandes innovaciones estéticas y formales, aplaudían la originalidad de su obra, sus revelaciones, de Chirico dio un cambio radical a partir de los años 20, adentrándose en un clasicismo personal llamado “arquitectura silenciosa“. A menudo renegó de su obra anterior, incluso tachando de falsos algunos de sus lienzos. Un cambio que se ha relacionado con un carácter hermético, individualista, quizá soberbio, que le llevaba a alejarse instintivamente de toda escuela o movimiento, incluso del que él mismo inspiró.

La exposición de Caixaforum “El mundo de Giorgio de Chirico. Sueño o realidad“, al tratarse de una retrospectiva de gran envergadura, recoge ampliamente estas dos etapas claramente diferenciadas: su obra metafísica realizada entre 1911 y 1920, y la posterior, neoclásica y de estudio, hasta los años setenta, fruto de una larga trayectoria.

Y aunque esta segunda ha sido revisionada y revalorizada, es indudable que su primera etapa es la que ha quedado para siempre en el imaginario colectivo y sigue influyendo todavía a día de hoy, también en el teatro.

Inauguración: 19 de julio

Hasta el 22 de octubre de 2017

El Festival de Sitges se muda a la Filmoteca

Via: El Periódico

Un ciclo y una exposición se inauguran este jueves en celebración de los 50 años del festival

Exposición El cinema es fantàstic en la Filmoteca de Catalunya.

Exposición El cinema es fantàstic en la Filmoteca de Catalunya. / JOAN CORTADELLAS

Para muchos adeptos del fantástico, género que, en realidad, cada vez es más difuso y contamina gozosamente gran parte del más inquieto cine actual, las dos primeras semanas de octubre son mejores que la Semana Santa y Navidad y carnavales y el cumpleaños de uno juntos. Son las fechas del festival de Sitges, de cuyo nacimiento se celebran 50 años este 2017.

Para hacer más fácil la espera, y porque un cumpleaños así merece ser celebrado por todo lo alto, la Filmoteca de Catalunya y el festival han colaborado en el doble evento ‘El cinema és fantàstic’: una exposición en forma de itinerario por la historia tanto del propio evento como de sus aromas favoritos, y un cuidado ciclo de 50 películas; no necesariamente las ganadoras de cada edición.

Mike Hostench (subdirector del festival), Esteve Riambau (director de la Filmoteca) y Diego López (desde el 2010, encargado de la sección Brigadoon, y comisario de la muestra) han presentado esta mañana una doble propuesta enfocada no solo hacia el disfrute del fan estricto. «Había que darle un enfoque amplio para que un público generalista, o los institutos que vendrán a visitarla, se hicieran una idea de lo que ha significado el festival a nivel de películas, de invitados… Es una exposición para todo el mundo», cuenta López a EL PERIÓDICO.

ORGANIZAR EL MAGMA

¿Cómo se ordenan 50 años de historia de un festival? ¿Cómo se dibuja un esquema comprensible de su evolución y las tendencias que ha recogido? ¿Qué se deja fuera y qué se conserva? El trabajo de López suena apasionante pero mareante. «Al acabar la edición del 2015, me puse automáticamente con ello ya en octubre», explica. «Lo primero era repasar todo el material de archivo, integrando lo que teníamos en la oficina y un archivo municipal donde había material alucinante de un montón de años, desde 1968 hasta 1982, 1983. Mucha documentación sobre el difícil trabajo de sacar adelante el festival. Todos los problemas con esas sacas de 35 mm. retenidas en el aeropuerto porque se vigilaba a conciencia qué se iba a proyectar… Muchísimas fotos… Sobre la mesa había una cantidad ingente de material e ideas. ¡Y a título personal lo habría incluido todo!».

Texto Alternativo

Diego López, comisario de la exposición ‘El cinema és fantàstic’, en la Filmoteca.

 

Finalmente se decidió repartir la cronología en cuatro etapas, cada una correspondiente a uno o dos de sus directores. Hay también espacio preferente para cuatro apartados temáticos (cine nacionalanimacióncine asiáticozombis) y un pasillo central apasionante dedicado a recoger algunos de los mejores pósters de la historia del festival, con influencias que van del cartel polaco de los 60/70 a los cómics de terror de EC. La oferta se completa con una vitrina donde se exhiben los distintos premios otorgados (de los claveles-medalla a la María honorífica) y una pequeña sala de cine donde se proyecta una pieza histórico-promocional.

50 PELÍCULAS HISTÓRICAS

La selección del ciclo se ha elaborado a partir de una propuesta, después implementada y reelaborada, de Ángel Sala, director del festival, e incluye desde un clásico del gore 80s como ‘Posesión infernal’ (que inaugura hoy jueves las sesiones) hasta una fantasmagoría de autor como ‘Tren de sombras’ de Guerin, pasando por infinitos títulos de culto como ‘Calles de fuego’, ‘En compañía de lobos’ y ‘Reservoir dogs’, entre muchos otros. (También hay una inclusión más difícil de explicar, ‘Psicosis III’, pero quizá sea una obra incomprendida que hace falta reevaluar).

La exposición se podrá ver hasta el 17 de septiembre (y después en Sitges, en el Edifici Miramar), pero el ciclo dura hasta el 15 de octubre. Es decir, empalmará y se solapará con el festival, que arranca el 5 de octubre. Esos meses de espera serán llevaderos.

Pere Torné Esquius. Poètica quotidiana

Via: Nuvol.com

El Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC) acull, des del 7 d’abril fins al 9 de juliol, l’exposició “Pere Torné Esquius. Poètica quotidiana”, la primera monografia dedicada a l’artista català.

Pere Torné Esquius, El balancí, 1910-1925 | © Museu Nacional d’Art de Catalunya

Pere Torné Esquius (1879 – 1936), nascut a Sant Martí de Provençals, estudiaria a Llotja, on coincidiria amb Picasso, i al Centre Artístic de Sant Lluc. Després d’haver exposat a la Sala Parés entre el 1903 i el 1904, amb obres que recollien la influència de Ramon Casas i Anglada Camarasa, i de fer les seves primeres passes en el món de la il·lustració, amb la portada de Les Tenebroses del poeta i escriptor modernista Rafael Nogueras Oller i amb el llibre Cançons infantils de Narcisa Freixas, el 1905 es dirigiria a París, on descobriria la seva veu interior.

Així doncs, al llarg de la seva vida, Torné Esquius es mantindria amb un peu a Barcelona i amb l’altre a París, temptejant les dues capitals de l’art com un expert funambulista. Les seves obres, d’un estil personalíssim, són d’un localisme cosmopolita que esquiva codis i etiquetes per sucumbir a l’ortodòxia d’un primer Modernisme i d’un Noucentisme que l’inclouria, irremeiablement, dins del seu programa. En aquest sentit, l’exposició que ofereix el MNAC ha aconseguit recollir vuitanta-cinc obres de l’artista català que mostren una visió ampliada de la seva trajectòria professional.

Movent-se sempre entre la pintura i la il·lustració, Torné Esquius és conegut sobretot pels seus interiors. És l’ull que observa les intimitats, un innocent voyeur que recull el silenci i l’estaticisme de les habitacions on el temps sembla defugir les hores. De fet, la temàtica dels interiors, reflex de l’univers costumista, és moderníssima precisament per la seva sobrietat formal, i és aquí on l’artista català mostra, amb una comoditat visual excepcional, el seu estil més personal i definitori. Igualment, encarnant-se en un autèntic flâneurde la vida moderna, Torné s’instal·la als carrers i capta, quasi sempre fragmentàriament, la vida urbana en una actitud desimbolta i desenfadada, on destaquen, sobretot, els llenços que recullen el món del circ, les fires i els putxinel·lis.

El 1910, il·lustraria Els dolços indrets de Catalunya, segurament la seva obra més coneguda, precedida d’un pròleg de Joan Maragall i una notícia de Francesc Sitjà, la qual esdevé la descripció geogràfica de la Catalunya de principis del segle XX i, molt possiblement, la falca que, temps després, complementaria Xavier Nogués amb La Catalunya pintoresca, una radiografia humana en clau satírica i humorística de la societat catalana d’aquells anys. Però Torné Esquius no només il·lustraria llibres, la majoria dels quals estaven destinats a un públic infantil, sinó que també col·laboraria en diferents revistes. No hem d’oblidar la seva col·laboració, al llarg del 1913, a la revista Mundial Magazine dirigida per Rubén Darío, on l’artista català il·lustraria nombrosos contes, a més, tal com es fa palès a l’exposició, de la seva presència en publicacions catalanes i franceses com Il·lustració Catalana, Papitu, Empori, Jordi, Le Courrier Français, Le Rire, La Vie Parisienne o Fantasio.

Torné Esquius és d’aquells artistes singulars que no formen part de cap escola, no és un noucentista en el sentit etimològic i ideològic del terme sinó que, cosa molt diferent, es relacionà, per qüestions de cronologia, amb el cercle noucentista. Així doncs, era deutor d’un moviment que formava part del seu present històric. Per això, alguns dels seus dibuixos recullen ecos del Noucentisme d’Emili Ferrer, Josep Obiols o Xavier Nogués, i s’emmarquen, en paraules de Cirici Pellicer, en un “formalisme primitivista”. Però en essència, Torné Esquius desenvolupa un estil propi que troba en la innocència, cosa dificilíssima, el seu marc teòric, i en l’ambient de París la seva clau de volta.

El MNAC recupera, doncs, Pere Torné Esquius o, més ben dit, el posiciona públicament al lloc que es mereix. Però, tot i així, no podem dir que sigui un artista oblidat, sinó que juga, com tants altres artistes catalans, en una altra lliga, que és “l’altra” lliga de la història de l’art català, a la qual només s’endinsen aquells historiadors capaços d’explorar les perifèries on entren en contradicció períodes i estils.

Frederic Amat desnuda La Pedrera

Via: El Periodico

Obra en tres actos. O una muestra. Pero no una exposición. Lo dicen sus protagonistas: Frederic Amat, el artista, y Miquel Adrià, su comisario, en referencia a ‘Zoótropo’, la propuesta de La Pedrera, hasta el 7 de julio, relacionada con el arte. «Un acto, el primero, que denota emoción; otro más íntimo que concentra las miradas desde el recogimiento, y un tercero que da una panorámica de conjunto de sus intervenciones en espacios públicos y privados». Palabra de comisario para explicar la no exposición que empieza con una intervención, efímera, en el piso noble de La Pedrera, continúa con la proyección de ‘Forja’ (sobre los balcones del edificio) y la muestra de pequeñas y personales piezas escogidas por Amat, y acaba con la presentación de 14 de sus intervenciones, que van del Liceu al Liceu. Vamos, de su propuesta de 1998 para decorar los plafones del techo de la sala del teatro, a su proyecto del 2015 para llenar de círculos abiertos su fachada.

Las dos intervenciones fallidas del artista sobre el coliseo no son lo más importante de la muestra, ni lo más espectacular, pero sí lo que más curiosidad despierta: ¿Es un hecho premeditado abrir y cerrar con estas dos intervenciones? «No, es totalmente casual, pero como es una obra en tres actos, acabar con una escena operística tiene sentido», bromea el artista. ¿Pero habrá cierta espina clavada en estas dos iniciativas frustradas? «Todos los que creen que la fachada está desnuda la tienen. Nunca me he sentido solo en este proyecto, encontré a mucha gente que me apoyó. Otra, no. En el arte no hay consenso, es imposible. Una obra que guste a todo el mundo es una momia», reflexiona.

 

LOS CÍRCULOS DEL COLISEO

Pero también hubo mucho rechazo: «Produjo una sacudida urbana como pocos proyectos en esta ciudad, una sacudida viral, impresionante y constante durante cinco meses hasta que se paró. Quizá el único antecedente sea el calcetín de Tàpies. Puedo aseguraros que cada vez que entro en la sala oval tengo la sensación de que es una cáscara de huevo sin la yema», sostiene. Y aunque no quiere hablar del tema, lo hace: a los círculos «les han llamado de todo menos lo que son: la planta del primer teatro de ópera romano que diseño Vitruvio, y que dibujó siglos más tarde Palladio. Y ¿qué es? Es el público. ¿Qué mejor que recibir al respetable en la fachada y darle una irradiación que creo que necesita?». Pero el artista propone y las instituciones disponen: «No depende de mí, me apeo y me retiro», concluye. Pero un proyecto no realizado no es un fracaso. «Lo importante es pensarlo e imaginarlo. Realizarlo es un segundo acto. Prefiero llegar a puerto pero lo importante es el viaje».

Entre los 14 presentados hay muchos que han arribado: como la ‘Pluja de sang’ del Lliure, los ‘Pits de Gallifa’ de la Fundació Llorens Artigas, y el ‘Mur dels ulls’ del Hotel Ohla. De cada uno de estos proyectos muestra piezas, dibujos y esbozos nunca vistos, además del ‘making of’. Hay obras increíbles, entre otras, uno de los ojos de cerámica realizado para el muro del hotel. Es un ojo con iris, algo imposible de conseguir con cerámica: «El horno hace la suya y de vez en cuando te hace un regalo como este, es uno entre dos mil».

La cerámica también es protagonista de la primera parte de la muestra, la más espectacular. La que es una intervención de la que fue planta noble de La Pedrera y ahora es sala expositiva. Amat la ha desnudado completamente, así es posible ver las ventanas y la calle. «La presencia de la luz es la protagonista», explica. Pues esta hace que la fachada se refleje en el suelo, que se ha pintado de blanco. Además se ha reconstruido la vivienda con estancias compartimentadas con tabiques transparentes, casi fantasmagóricos, habitados por ocho crisálidas de cerámica negra, brillante y tornasolada, de tres metros y medio.

 

CRISÁLIDAS QUE CONTIENEN MEMORIA

Crisálidas, arcas o huevos que contienen algo: memoria. «Las habitaciones, los edificios tienen contenido, y este tiempo contenido es lo que hemos querido recuperar de una manera poética con estas esculturas que no tienen tamaño real para no parecer catafalcos. Lo que generan las crisálidas es vida como se verá». ¿Cuándo? Amat no da más información, quiere mantener el misterio: «Dejadlas gestar, están generando alguna cosa y creo que habrá una explosión final», sostiene. Si subraya algo que cree importante: «De ninguna manera quería hacer una obra que fuera caricatura o retórica de la obra gaudiniana. Creo que a Gaudí hay que dejarlo descansar tranquilo».

En la suma de los tres actos «hay unidad» y son «una oportunidad excelente para comprender el exuberante y original imaginario vital y artístico de Amat», concluye el comisario.