Via: El Periodico
Obra en tres actos. O una muestra. Pero no una exposición. Lo dicen sus protagonistas: Frederic Amat, el artista, y Miquel Adrià, su comisario, en referencia a ‘Zoótropo’, la propuesta de La Pedrera, hasta el 7 de julio, relacionada con el arte. «Un acto, el primero, que denota emoción; otro más íntimo que concentra las miradas desde el recogimiento, y un tercero que da una panorámica de conjunto de sus intervenciones en espacios públicos y privados». Palabra de comisario para explicar la no exposición que empieza con una intervención, efímera, en el piso noble de La Pedrera, continúa con la proyección de ‘Forja’ (sobre los balcones del edificio) y la muestra de pequeñas y personales piezas escogidas por Amat, y acaba con la presentación de 14 de sus intervenciones, que van del Liceu al Liceu. Vamos, de su propuesta de 1998 para decorar los plafones del techo de la sala del teatro, a su proyecto del 2015 para llenar de círculos abiertos su fachada.
Las dos intervenciones fallidas del artista sobre el coliseo no son lo más importante de la muestra, ni lo más espectacular, pero sí lo que más curiosidad despierta: ¿Es un hecho premeditado abrir y cerrar con estas dos intervenciones? «No, es totalmente casual, pero como es una obra en tres actos, acabar con una escena operística tiene sentido», bromea el artista. ¿Pero habrá cierta espina clavada en estas dos iniciativas frustradas? «Todos los que creen que la fachada está desnuda la tienen. Nunca me he sentido solo en este proyecto, encontré a mucha gente que me apoyó. Otra, no. En el arte no hay consenso, es imposible. Una obra que guste a todo el mundo es una momia», reflexiona.
LOS CÍRCULOS DEL COLISEO
Pero también hubo mucho rechazo: «Produjo una sacudida urbana como pocos proyectos en esta ciudad, una sacudida viral, impresionante y constante durante cinco meses hasta que se paró. Quizá el único antecedente sea el calcetín de Tàpies. Puedo aseguraros que cada vez que entro en la sala oval tengo la sensación de que es una cáscara de huevo sin la yema», sostiene. Y aunque no quiere hablar del tema, lo hace: a los círculos «les han llamado de todo menos lo que son: la planta del primer teatro de ópera romano que diseño Vitruvio, y que dibujó siglos más tarde Palladio. Y ¿qué es? Es el público. ¿Qué mejor que recibir al respetable en la fachada y darle una irradiación que creo que necesita?». Pero el artista propone y las instituciones disponen: «No depende de mí, me apeo y me retiro», concluye. Pero un proyecto no realizado no es un fracaso. «Lo importante es pensarlo e imaginarlo. Realizarlo es un segundo acto. Prefiero llegar a puerto pero lo importante es el viaje».
Entre los 14 presentados hay muchos que han arribado: como la ‘Pluja de sang’ del Lliure, los ‘Pits de Gallifa’ de la Fundació Llorens Artigas, y el ‘Mur dels ulls’ del Hotel Ohla. De cada uno de estos proyectos muestra piezas, dibujos y esbozos nunca vistos, además del ‘making of’. Hay obras increíbles, entre otras, uno de los ojos de cerámica realizado para el muro del hotel. Es un ojo con iris, algo imposible de conseguir con cerámica: «El horno hace la suya y de vez en cuando te hace un regalo como este, es uno entre dos mil».
La cerámica también es protagonista de la primera parte de la muestra, la más espectacular. La que es una intervención de la que fue planta noble de La Pedrera y ahora es sala expositiva. Amat la ha desnudado completamente, así es posible ver las ventanas y la calle. «La presencia de la luz es la protagonista», explica. Pues esta hace que la fachada se refleje en el suelo, que se ha pintado de blanco. Además se ha reconstruido la vivienda con estancias compartimentadas con tabiques transparentes, casi fantasmagóricos, habitados por ocho crisálidas de cerámica negra, brillante y tornasolada, de tres metros y medio.
CRISÁLIDAS QUE CONTIENEN MEMORIA
Crisálidas, arcas o huevos que contienen algo: memoria. «Las habitaciones, los edificios tienen contenido, y este tiempo contenido es lo que hemos querido recuperar de una manera poética con estas esculturas que no tienen tamaño real para no parecer catafalcos. Lo que generan las crisálidas es vida como se verá». ¿Cuándo? Amat no da más información, quiere mantener el misterio: «Dejadlas gestar, están generando alguna cosa y creo que habrá una explosión final», sostiene. Si subraya algo que cree importante: «De ninguna manera quería hacer una obra que fuera caricatura o retórica de la obra gaudiniana. Creo que a Gaudí hay que dejarlo descansar tranquilo».
En la suma de los tres actos «hay unidad» y son «una oportunidad excelente para comprender el exuberante y original imaginario vital y artístico de Amat», concluye el comisario.